[ONE SHOT] Cabina de fotos

Hola ~, después de mil años pude volver a escribir ;3;, no tengo perdón, había dicho que iba a escribir y compartir tanto Yoosu bonito como pudiera en estas vacaciones pero no lo he hecho *mal Tania muy mal* , pero tratare de hacerlo, de escribir lo que me resta de mis vacaciones y compartir mucho Yoosu hermoso a todos <3

Les dejo un pequeño Yoosu que pude escribir hoy, espero les guste ^^ <3

Titulo: Cabina de fotos

Autor: Tani

Pareja: Yoosu

Género:  Romance

Extensión: One – shot

Aquella salida a aquel parque de diversiones no era más que idea de Jaejoong, el mayor había decidido que ese día todos juntos iban a divertirse sanamente, y que mejor manera de hacerlo que en aquel lugar lleno de maquinas gigantes, comida chatarra, juegos de destreza y mucha diversión.

Yunho – el novio de Jae – no pudo negarse, y no solo por el hecho de que si no iba lo dejaba sin besos y arrumacos, si no porque también amaba los parques de diversiones, Changmin – el renegado de todos – había tenido que ser sobornado con tener toda la comida chatarra que quisiera de aquel lugar, y aquellos dos chicos que se encontraban mucho más atrás divisando que juegos eran los que iban a montar y cuáles iban a jugar, habían ido por el simple hecho de pasar tiempo con sus amigos, tiempo juntos – como amigos desgraciadamente-  y aun cuando él, el chico de cabello pelinegro, Park Yoochun, tuviera un poquitín – mucho – miedo a ciertos juegos de gran altura, el no pudo negarse a aquella sonrisa cristalinamente brillante e infantil de su amigo pelirrojo, ese que casi le arrastra por cada puesto, en el cual ya se ve visualizado y listo para ganar.

-¡Eres un chiquillo! – La sonrisa divertida no se hace esperar en los labios gruesos del el pelinegro.

-¡YAH!, ¡eso no es cierto! – Los pucheros de aquel chico de cabello rojo, ese berrinche para más infantil hicieron que aquel chico pelinegro confirmara lo que era obvio, su amigo Kim Junsu era un chiquillo.

-Come on ~ Acéptalo Junsu ah, eres un chiquillo y en este momento estas la mar de feliz por estar aquí

-Eso es verdad, pero no es verdad que soy un chiquillo, solo me gustan los parques de diversiones – Que eran cosas muy diferentes.

-¡Chiquillo! – Las manos del pelinegro terminaron en aquellas redondas mejillas que se tinturaron en rojo en cuestión de segundos, un lindo sonrojo que solo le hacía ver más adorable. Tiro de ellas, con un poco de fuerza, haciéndole chillar, renegar, haciendo que aquel chico pelirrojo al que llamaba chiquillo corriera detrás de él. Como unos completos chiquillos.

-¡INFANTILES! – Y ese grito no fue ni nada más ni nada menos que del renegado del grupo,  si, Changmin.

***

No saben cuando han corrido, ni a qué juegos se han subido, ni en cuales han concursado para ganar aquellos peluches y juguetes que llevan en las manos.  Cuando están juntos no hay quien los pare, y eso que Yoochun es un flojonaso de primera, pero cuando Junsu está a su lado  impregnándolo con su energía, arrastrándole  - a la fuerza – junto con él, no puede parar hasta que aquel chico se quede sin batería, lo cual es casi nunca.

Hace rato han dejado a sus amigos en algún lugar de aquel gran parque, y a ellos no les sorprende, si es que cuando están juntos se sumergen en su mundo y quien los saque de ahí.

-¡STOP! – Y esta vez Yoochun no pudo seguirle el ritmo, esta vez sí que estaba cansado de tanto subir y bajar, de correr y gritar para que aquel remolino de energía llamado Kim Junsu parara. – Ten piedad de tu más que guapo y sensual amigo.

-¿Guapo y sensual amigo?, ¿pero de quien estás hablando? – Pregunto extrañado el chico pelirrojo, mirando a todos lados, riendo cuando aquel chico de cabello negro le gruño disgustado. Junsu sabía que hablaba de él, y no necesitaba que Yoochun se dijera eso él solo, Kim Junsu creía que Park Yoochun su mejor amigos – desgraciadamente – era el chico más guapo y aun cuando le diera un poco de vergüenza, el más sensual de todos los hombres del mundo.

Si, Kim Junsu alias delfín estaba coladito por su mejor amigo, estaba perdidamente enamorado de él, aunque aquel bobo pelinegro no lo supiera, y ni siquiera llegara a imaginarlo o verlo. ¡Que era más que obvio!, la forma en que le miraba, la forma en que se sonrojaba, la forma en que su sonrisa se expandía en sus labios cuando hablaba con él, cuando le hablaban de él, la forma en que sus ojos brillaban con solo pensarle. Si, complemente enamorado.

-Está bien chico guapo y sensual, caminemos esta vez.

Ambos caminan al lado del otro, las parejas, familias y grupos de amigos pasan a su lado. Ambos se sumergen en un silencio para nada incomodo, desde siempre han disfrutado de su compañía, de estar juntos, y cuando en ocasiones no pueden verse buscan cualquier medio para poder comunicarse, no pueden estar separados , porque son más que amigos, son más que hermanos.

-Yoochun ah … ¿En qué tanto piensas?   

Yoochun se había quedado demasiado pensativo,  ya hace un rato que habían parado de caminar y habían decidido descansar un poco en aquella banca que había encontrado desocupada.

-Junsu ah… ¿desde cuándo somos amigos?

-Desde que éramos unos bebes Yoochun ¿por qué? – Aquella pregunta le había parecido de lo más extraña al pelirrojo, ¿Por qué Yoochun le preguntaba eso?

-Junsu ah … ¿Alguna vez te has enamorado?

-¿Q-qué? ¿Po-por qué quieres saber?

- Solo es curiosidad, somos amigos de toda la vida, pero hay en ocasiones en las que siento que no me cuentas muchas cosas, como por ejemplo esta,  ¿estás enamorado de alguien?

Junsu quiso decir que si, decir que estaba completamente enamorado de ese tonto que le hacia esas preguntas, pero se mordió la lengua y prefirió quedarse callado, como lo venía haciendo desde hace años atrás, cuando sorprendentemente se había encontrado diciendo que amaba a su mejor amigo.

-¡No! ¡Y ya quiero subirme a otro juego! ¡Vamos a aquella cabina para tomarnos fotos!, ¡Quiero fotos con mi mejor amigo!  - Y aun cuando sonrío y se mostro divertido y emocionado ante la idea, el simple hecho de nombrarlo mejor amigo, le hacía sentir mal, y que su corazón se sintiera pesado.

Lo amaba.

La cabina era estrecha,  tenía el suficiente espacio solo para dos personas, el pelinegro puso las moneas necesarias en aquella maquina y como los buenos amigos que son, que se divierten hasta por la más minima cosa comenzaron a hacer caras a la cámara. Sus risas se escuchaban aun afuera de aquel aparato, la sesión de fotos se extendió a más de una tira de fotos, más caras, mas tomadas de pelo que fueron retratadas y entonces… Sucedió algo que nadie esperaba. Sus miradas se encontraron, se mantuvieron y por una extraña razón la sonrisa de Yoochun poco a poco desapareció, había algo en los ojos de Junsu que le hacía sentirse extraño y un poco diferente, Junsu tenía una bonita mirada, unos bonitos labios y Yoochun casi se golpea mentalmente por pensar en ello, ¡Junsu era su amigo!, ¡un hombre! ¡Y él no era ¡gay!, pero todo su desbraye mental quedo reducido a nada cuando aquellos lindos labios rosas dijeron algo que pensó nunca iba a escuchar.

-  Me gustas tú Yoochun ah  - Las mejillas del pelirrojo se tinturaron del mismo color que su cabello, si no es que mucho más y aun cuando en esos momentos moría de vergüenza por confesar aquellos sentimientos a aquel chico que parecía haber quedado congelado debido al shock, le beso. Un tope de labios, un apenas perceptible roce de labios y entonces, corrió, alejándose de ahí, de su mejor amigo que seguro nunca más iba a ser su mejor amigo, porque sabe que aquel chico en estado de shock iba a odiarle, aborrecerle y evitarle.

Su corazón se sintió pesado, las lágrimas se acumularon en sus ojos, pero aun así no derramo ninguna hasta que el refugio que era su hogar le dio la calidez y la confianza suficiente para desahogarse.

***

Es más de media noche, lo sabe porque hace unos segundos atrás ha visto el reloj digital que descansa en la mesita de noche a lado de su cama, pero no puede dormir, no puede hacer que su cerebro se apague por lo menos 8 horas y le permita olvidar lo tonto que había sido. Porque había sido un tonto, un tonto muy grande por revelar aquellos sentimientos que sentía por su mejor amigo, el  cual ya no sabía podía llamarlo así, porque le había perdido, y sentía que para siempre.

Sus ojos se sentían pesados debido al llanto que había derramado, y que seguro hubiera seguido derramando si sus ojos no se hubieran quedado sin lágrimas pero aun así el sueño no llegaba.

El toque de la puerta se escucha demasiado fuerte, su casa se encuentra en completo silencio, tanto que hasta su propia respiración hace eco en su habitación.

 El toque de la puerta se escucha de nuevo y el tuvo que arrastrar su cuerpo fuera de esa cama. Sus pies descalzos tocan el suelo frío, la puerta le parece que se encuentra demasiado lejos, pero cuando aquel rostro que conoce demasiado apareció al otro lado de la mirilla de la puerta, hizo que sus pulmones se oprimieran por la falta de aire y que aquellas lágrimas que había pensado que había gastado por completo regresaran a sus ojos.

Más golpes y su mano viajo temblorosa a la manija de la puerta. Todo su cuerpo tembló y no por el frío viento que se coló a su casa cuando la puerta fue abierta, si no por el simple hecho de tener a la persona que ama a centímetros de él, tan cerca, tan lejos.

Sus miradas se encontraron, aquellos ojos no le decían nada, pero a la vez parecían decirle todo, ese silencio por primera vez en la vida le estaba matando.

-¿Sabes lo que me has hecho? ¿Sabes lo que es esto? – Las preguntas  brotaban de los labios de Park Yoochun, preguntas que Junsu no podía comprender y menos cuando aquel chico pelinegro dejo en sus manos aquellas tiras de fotos, de las fotos que ellos se habían tomado.

- N- No puedo entenderlo – Y Junsu decía la verdad, no lo entendía.

Su mirada bajo a aquellas tiras de fotos, tan hermosas, muchas sonrisas, mucha felicidad, entre amigos, no pareja, no nada, solo amigos.

-Ni yo podía entenderlo, ¡vez esto! ¡Puedes ver esto! – Al parecer que no le comprendiera alteraba al pelinegro, ese que agitaba aquella tira de fotos de la cual Junsu no sabía su existencia.  – Estoy sonriente, estoy feliz cuando estoy a tu lado, no podía entenderlo, cuando me dijiste que me amabas, cuando me besaste, fue como si algo hubiera hecho corto circuito dentro de mi ¿¡sabes lo que es eso!?

La desesperación y frustración era más que notable en el rostro de Yoochun, y Junsu se sintió mal por eso, porque él, por egoísta, por su tonto amor había confesado aquello que sentía, y solo le había hecho daño a su mejor amigo.

-Y- Yoochun, Y-Yo…

-¡No! ¡Déjame terminar!, ¡solo déjame terminar! – Las palabras que iban a ser dichas fueron tragadas por aquel pelirrojo. Yoochun se paseaba por el pequeño espacio que había en el pórtico de su hogar, sus manos iban y venían de su cuerpo a su cabello, acomodándolo como si de esa manera pudiera acomodar sus ideas.

- Me besaste, me confundiste e hiciste que mi mundo ahora se sienta de cabeza, me hiciste comprender sentimientos y cosas extrañas que siempre notaba cada vez que te miraba, que aparecieran aun cuando yo dijera que no era correcto, ¡así que quiero que lo arregles! ¡Quiero que me digas como arreglarlo!

-Y-Yo no puedo ayudarte, no puedo decirte nada, no puedo hacer nada así como no pude hacer nada para acallar este amor que siento por ti,  yo… no puedo ayudarte Yoochun ah y … - Las lagrimas se agolparon en aquellos ojos tristes, dios, odiaba eso, odiaba el haber sido un tonto, el haber actuado de esa manera. – Lo siento – Trato de huir de aquella persona que se encontraba al otro lado, quería huir y llorar todo lo que pudiera, ahora le era más que claro que no podría acercarse de nuevo a su amigo, no podía estar cerca de Park Yoochun.

-¡No! ¡Ni se te ocurra huir!, ¡Esta vez no voy a dejarte! – Yoochun fue rápido, tomando la mano del castaño tiro de él antes de que este intentara esconderse en el interior de su casa. El tirón de su mano fue demasiado fuerte, tanto que sus cuerpos chocaron.  Los brazos del pelinegro se anclaron en aquella estrecha cintura y aun cuando el pelirrojo lucho por ser soltado, el pelinegro aguanto cada golpe que Junsu le daba para ser liberado.

-¡Yo no puedo hacer nada por ti!, ¿¡Como puedo ayudarte si no pude hacerlo conmigo!?, ¿¡Cómo ayudarte si yo te amo!?, ¡EH! ¡IDIOTA! – Más lágrimas, más golpes, y Yoochun no le soltó ni un milímetro. Le arropo en sus brazos, acaricio sus suaves cabellos como a un niño pequeño. Las lagrimas mojaron su cuello ahí donde el pelirrojo había escondido su rostro y había tomado como refugio. – Yo… yo no puedo ayudarte Yoochun ah, Yo… no se qué hacer para… 

-Amame Junsu ah… y has que estas sensaciones extrañas que siento por ti  muten a todo ese amor que se que sentiré por ti, embriágame con tus besos, mírame solo a mí.

Las suaves palabras hicieron que aquel pequeño corazón latiera rápidamente,  y que aquel refugio ya no fuera necesario.

Miradas que se encuentran, pulgares que limpian lagrimas que ya no eran necesarias a menos que fueran de felicidad, sonrisas lentas que aparecen en sus labios, fotos tiradas en el suelo, un suspiro suave, el viento frío golpeando sus cuerpos y un par de labios que se encuentran en u sutil beso, un beso perfecto.

Y aun cuando no podían jurarlo, algo en sus corazones les decía que aquello solo era el comienzo de un para siempre.

FIN